domingo, 12 de febrero de 2012

Resurgir del letargo

Como una brisa fresca, como el calor de la llama que nace, como la luz de un amanecer, ... siento todo esto ahora y estoy contento por ello.  

¿Por qué permite Dios la aridez, la noche, el vacío, ...?

Tengo que decir que no he sufrido en estos días -desde Epifanía-; ha sido como caminar por un bosque espeso de verdor y vida, pero vida sin Él. Muchos colores, aromas, sabores, pero sin Él... 

Me avergüenzo de todo esto... porque en el fondo Él siempre ha estado ahí... 

Me lavaré en tu Manantial de nuevo, Adonai; y volveré a caminar junto a Ti...

<<Señor, si quieres, puedes limpiarme>>.


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